Dieta sana

Una dieta sana puede variar en función de tus necesidades, el lugar donde vivas, tus costumbres locales y las normas culturales, pero los principios básicos siguen siendo los mismos: mucha fruta, verdura, frutos secos y cereales integrales, y cantidades restringidas de azúcar, sal y grasas (sobre todo grasas saturadas y grasas trans).

Su consumo total de grasas no debe superar el 30% de su ingesta energética total, y debe evitar las grasas trans industriales. Limite el consumo de azúcares libres a menos del 10% (idealmente el 5%) de su ingesta energética total y reduzca el consumo de sal a menos de 5 g al día. Los adultos deben consumir al menos cinco raciones (400 gramos) de fruta y verdura fresca al día.

Para recapitular, una dieta equilibrada incluye:

• bajos niveles de grasas saturadas y trans
• bajos niveles de sal
• niveles bajos de azúcar
• muchos alimentos integrales
• mucha fruta y verdura

Coma alimentos variados

• Coma todos los días una variedad de alimentos integrales (no procesados) y frescos.
• Coma una combinación de diferentes alimentos, incluidos alimentos básicos, legumbres, verduras y frutas.

Comer mucha fruta y verdura

• Come al menos cinco raciones de fruta y verdura al día.
• Para picar, elige verduras crudas y fruta fresca.
• Cuando utilice verduras y frutas enlatadas o deshidratadas, elija variedades sin sal ni azúcares añadidos.

Comer cantidades moderadas de grasas y aceites

• Utilice aceites vegetales insaturados.
• Elija carne blanca y pescado en lugar de carne roja.
• Coma sólo cantidades limitadas de carnes procesadas.
• Opta por versiones de leche y productos lácteos bajos en grasa o reducidos en grasa.
• Evite los alimentos procesados, horneados y fritos que contengan grasas trans de producción industrial.

Coma menos sal y azúcares

• Al cocinar y preparar alimentos, limite la cantidad de sal y de condimentos ricos en sodio.
• Evite los alimentos ricos en sal y azúcares.
• Limite la ingesta de refrescos o gaseosas y otras bebidas con alto contenido en azúcares.
• Elige fruta fresca en lugar de tentempiés dulces.

Nunca es demasiado pronto para empezar a cuidar el corazón. Si usted es padre, profesor o cuidador, puede desempeñar un papel importante en la reducción del riesgo de que sus hijos desarrollen enfermedades cardiovasculares en etapas posteriores de su vida.

Enseñe a sus hijos a reconocer la comida sana y haga que les resulte emocionante: elija alimentos coloridos, hágales participar en la cocina y prepare platos divertidos. Y lo que es más importante, asegúrate de que su dieta incluya mucha agua, fruta, verdura (¡las patatas fritas no cuentan!), proteínas saludables y cereales integrales, y evita los alimentos con alto contenido en azúcares añadidos, sodio y grasas saturadas, incluidas las bebidas azucaradas, los cereales de desayuno y los aperitivos salados.

Los alimentos procesados se elaboran añadiendo grasas, aceites, azúcares, sal y otros ingredientes culinarios a alimentos mínimamente procesados para hacerlos más duraderos y, por lo general, más apetecibles. Este tipo de alimentos incluye panes y quesos simples; carnes y mariscos salados y curados; y frutas, legumbres y verduras en conserva.

Los productos alimentarios y bebidas ultraprocesados son formulaciones industriales fabricadas a partir de sustancias derivadas de alimentos o sintetizadas a partir de otras fuentes orgánicas. En sus formas actuales, son invenciones de la ciencia y la tecnología alimentarias industriales modernas. La mayoría de estos productos contienen poco o ningún alimento integral. Están listos para consumir o calentar, por lo que apenas requieren preparación culinaria.

Un conjunto considerable de investigaciones pone de manifiesto el gran y significativo impacto del consumo de alimentos ultraprocesados en las principales ENT, como la obesidad, la diabetes y la hipertensión. El principal mensaje a los consumidores debe ser reducir el consumo de estos productos poco saludables y centrarse en alimentos y bebidas menos procesados. Sin embargo, cuando se enfrentan a muchos productos diferentes y declaraciones contradictorias, los consumidores necesitan ayuda. Los sistemas de etiquetado en la parte frontal del envase (FOPL ) ayudan a los consumidores a tomar mejores decisiones y los gobiernos tienen muchas opciones a la hora de seleccionar el sistema FOPL más adecuado para su población.

El informe de la WHF sobre el etiquetado en la parte frontal de los envases tiene como objetivo mejorar las normas mundiales en materia de nutrición y destaca el etiquetado en la parte frontal de los envases como una forma de crear entornos en los que los consumidores puedan elegir alimentos más sanos y mejor informados para ellos y sus familias. Incluye una serie de recomendaciones políticas para dar a los gobiernos las herramientas que necesitan para seleccionar el sistema de etiquetado frontal que mejor satisfaga las necesidades de sus poblaciones, incluidas recomendaciones sobre cómo desarrollar un programa eficaz de etiquetado frontal, cómo aplicarlo con éxito y cómo supervisar y evaluar los resultados.

Descargue el informe de la WHF sobre el etiquetado en la parte frontal del envase